Muchos de nosotros crecimos con la
idea de que la verdad sobre una
alimentación balanceada consistía en “comer de todo” o en otras palabras,
devorar cualquier clase de comida que se pusiera en frente de nosotros.
Y nada más equivocado que esa “idea”
ya que millones de personas que comen de todo sufren actualmente, diabetes,
hipertensión, arteriosclerosis, deficiencia renal, hasta infartos cardiacos y
otra serie de enfermedades que se proceden de esta mala alimentación.
Cuando hablamos realmente de una
alimentación balanceada, queremos decir que hay que darle a nuestro organismo
todos los nutrientes necesarios para el
cuerpo humano, sin importar si un grupo de alimentos queda fuera de esta
alimentación o incluso integramos otro grupo de alimentos.
Ahora bien, teniendo esto en mente, ni
siquiera la famosa pirámide alimenticia parece brindarnos la información
correcta para balancear nuestra alimentación ya que podemos seguirla al pié de
la letra y al final no conseguir las vitaminas suficientes y la fibra necesaria
y por el contrario estar consumiendo un nivel peligrosamente elevado de grasas.
También encontramos información en los
alimentos empacados, pero que es insuficiente,
pues se está dejando por fuera dicha información la información sobre la mayor
parte de nutrientes que son indispensables para alimentarnos de la manera
adecuada.
La gran epidemia mundial de obesidad y las enfermedades que están
relacionadas con dicha epidemia, se deben a esos olvidos negligentes en las
guías nutricionales oficiales y que en general consiste en que:
- No están avisando sobre el peligroso riesgo al consumir grasas saturadas y grasas hidrogenadas o grasas trans
- No muestran la diferencia entre los carbohidratos complejos (los mismos naturales) y simples (que son los procesados o refinados)
- No muestran la diferencia entre las proteínas de origen vegetal y las de origen animal
- Se recomienda por lo general, porciones de frutas verduras y granos muy pequeñas
- Incitan al consumo de aceites procesados, como también sal y azúcar en cantidades que pueden resultar peligrosas
Nutrientes
para una verdadera alimentación balanceada
La verdadera alimentación balanceada
debe estar compuesta de los siguientes nutrientes (en ese orden de
importancia):
- Fibra: Que ayuda a la digestión y absorción de nutrientes
- Fitoquímicos: Actúan en el cuerpo como antioxidantes y no solo evitan previenen las enfermedades crónicas, sino que evitan la oxidación de las proteínas de la piel y de este modo las arrugas, manchas, resequedad y otros signos de envejecimiento de la piel.
- Antioxidantes: ayudan a la auto-curación de las células, retrasando al envejecimiento de las mismas.
- Vitaminas: sobre todo las que encontramos de forma natural en las frutas y verduras.
- Minerales: que necesita nuestro cuerpo como el calcio, hierro, magnesio, selenio, etc.
- Ácidos Grasos: entre los más importantes está el omega 3, 6 y 9.
- Carbohidratos: que son la fuente de energía y sirven de base para la formación de tejido.
- Proteínas: que son la base para formar estructuras, para regular y transportar.
- Grasas o Lípidos: también sirven para la formación de nuevas células y para regular y formar las reservas de energía.
Hay que tener en cuenta que los
últimos tres nutrientes nombrados en la lista anterior (carbohidratos,
proteínas y Lípidos) son los que nos abastecen de energía.
Por diferentes circunstancias la mayor
parte de la población consume primordialmente alimentos no balanceados, en otras palabras, es que están
preparados con ingredientes sintéticos y/o procesados químicamente, que aunque
ofrecen muchas calorías, tienen un contenido demasiado escaso para los seis
primeros nutrientes de la lista anteriormente mencionada.
El cuerpo humano está hecho para tener
una alimentación natural, como por ejemplo las verduras contienen todos los
nutrientes de la lista en las cantidades apropiadas para una dieta perfecta. En
oposición uno de los alimentos procesados más comunes “el Azúcar” contiene
carbohidratos simples, así que aporta únicamente energía (calorías), pero no
aporta nada a una buena nutrición.
Al decidir de manera inteligente los alimentos que debemos
procurar consumir y los que no, podremos prevenir y en muchos casos revertir
enfermedades, comenzando con la obesidad.
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